A medida que el mundo comienza a imaginar cómo será la vida pos-pandemia, millones de trabajadores están pensando cómo será el regreso a la cultura de las oficinas y decidiendo qué ropa ponerse. La ausencia de expectativas y presencialidad en el trabajo durante el año pasado ha permitido que la comodidad se convierta en una prioridad en lugar de un lujo, y muchas personas son reacias a dejar atrás esa comodidad y flexibilidad de la ropa de trabajo en casa. Lejos de ser una breve tendencia en el mercado, el deseo de usar ropa que vaya del sofá a la calle no pasará.
La creciente demanda por prendas básicas de vestir que sean versátiles y suaves con la piel no ha acabado con el deseo del comprador de que esas mismas piezas sean igualmente suaves con el medio ambiente. Los compradores quieren prendas que sean cómodas, pero también saber que sus compras respaldan las mejores prácticas para una fabricación sostenible. A medida que aumenta esta demanda de telas cómodas entre los consumidores, muchas marcas, tiendas departamentales y comercios minoristas están optando por crear líneas y colecciones específicas cuyo foco es la comodidad. Esto significa que hoy en día la elección de la tela es más importante que nunca para las hilanderías, textileras y confeccionistas a la hora de producir una prenda. En este artículo les daré una perspectiva de por qué las marcas, tiendas departamentales y comercios minoristas se están abasteciendo de ciertas telas para cumplir con esta creciente tendencia del consumidor, y lo que las hilanderías, textileras y confeccionistas deben tener en cuenta al cumplir con las expectativas de la marca (y, en última instancia con las expectativas del consumidor). El algodón cultivado en los Estados Unidos es la opción ideal para satisfacer las necesidades del consumidor de vestir telas que sean confiables, fáciles de cuidar y de origen ético.
Fundé Grey State Apparel con el objetivo de facilitar la vida de las mujeres, facilitando una de las decisiones más difíciles de cada día; qué ponerse. Al ofrecer a las mujeres ropa elegante que no requiere esfuerzo, deliciosamente suave y elaborada con nuestro planeta en mente, les damos la oportunidad de vestirse por sí mismas de una manera que las haga sentir seguras con su cuerpo y con sus elecciones.
La piel es el órgano más grande que tenemos y para mí es importante que nuestros consumidores puedan confiar en nuestras telas. Con la certificación Oekotex, los compradores pueden estar seguros de que no se han utilizado productos químicos nocivos para fabricar su ropa y de que es segura al contacto de la piel. La sostenibilidad y la fabricación ética son muy importantes para nuestros clientes y, como somos dueños de la cadena de suministro, podemos ofrecer una transparencia total sobre dónde y cómo se fabrica nuestra ropa. Iniciativas como el U.S. Cotton Trust Protocol son clave para ofrecer a nuestros clientes todos los datos sobre el abastecimiento de materiales, hasta el nivel de las fincas, y confiamos en que el algodón cultivado en los Estados Unidos es el líder mundial en prácticas de sostenibilidad. Gran parte del algodón que utilizamos se cultiva en fincas familiares, por lo que sabemos que creen en mejorar la tierra para las futuras generaciones.
Pero la sostenibilidad no se trata solamente del impacto generado por la manufactura de la ropa, también se trata de que los consumidores valoren sus prendas de vestir. La industria de la confección es responsable por el 10% de las emisiones globales de carbono y el 85% de lo que se produce termina en el basurero. ¡Que desperdicio de recursos! Pero la solución es sorprendentemente simple: estilo. Cada prenda que hacemos tiene que ganarse un lugar en el guardarropa de una mujer, por eso ponemos tanto empeño en diseñar prendas que sean relevantes para las tendencias, pero no impulsadas por las tendencias. Estilos atemporales con siluetas limpias y simples son la clave para crear prendas básicas de vestuario que se usarán (y amarán) por muchos años.
Imprimir comodidad y estilo al futuro de la moda en el trabajo les ofrece a los diseñadores y fabricantes de ropa la oportunidad de pensar en todo el espectro de la sostenibilidad, desde el abastecimiento hasta el estilo. Al satisfacer la demanda de los consumidores por ropa que sea versátil, confiable y de fabricación ética, el algodón de los Estados Unidos se está posicionado para desempeñar un papel clave en el futuro de la moda en el trabajo.